viernes, octubre 27, 2006

licor de ciruela

hacía años que los hermanos Toledo insistían con el licor de ciruela. una vez que uno se acostumbra, el sabor se hace bastante tolerante y más todavía si se lo usa para darle un toque de color a otro tipo de tragos frutales. pero tampoco, como tantas, es que era una bebida deliciosa o indispensable.

la empresa empezó como un juego, para mamarse, siguió como un emprendimiento y terminó como negocio rentable. fueron creciendo y hasta contrataron a uno de marketing para expandir la marca. esa jugada fue clave: si bien les costaba una fortuna, en sólo un año le cambiaron la etiqueta a las botellas e impusieron y patentaron el trago “Paris Enamorado”, con base de Vodka, licor de ciruela y un chorrito de naranja, para cortarlo.

al año siguiente vendieron el doble de lo estipulado y entonces, además de aumentarle el sueldo al de marketing, se convencieron de expandir la empresa e intentar con otros sabores.

tuvieron pérdida dos años consecutivos.

un año después sólo el licor de ciruela se seguía fabricando y ya no quedaban rastros de los otros sabores, salvo en la oficina del de marketing que tenía botellas y las publicidades enmarcadas de cada uno de los licores. se destacaba el cuadrito del de ananá, que decía “Verano? Oficina? Tomate un Río On Fire y olvidate!”. a la hora de tomarlo, el licor de anana era muy espeso y no se disolvía bien en hielo o con otras bebidas. ese sabor fue de los que menos vendió, demostrando también que la estrategia de los nombres de ciudades tenía un límite.

siguieron y estaban casi casi como cuando arrancaron. hasta pensaron seriamente en despedir al de marketing. pero un día cualquiera ocurrió: el Presidente de la Nación -alcohólico y corrupto- tuvo que ser internado después de una grave intoxicación. el revuelo mediático fue histórico. si, si. lo que se sospechaba. el Presidente de la Nación tomaba “París Enamorado” cuando aquel colapso.

se habló de producto adulterado y hubo infinitas inspecciones sanitarias. por suerte el veredicto de bromatología fue contundente y exoneraba de culpas a los hermanos Toledo y a su licor de ciruela.

pero no así la opinión de la mismísima opinión pública.

la gente vio en el licor de ciruela y en su “Paris Enamorado” a la utopía de la revolución. al piedrazo de David, al triunfo de los oprimidos. se hizo mito. la gente compraba botellas y botellas de licor, aunque temían tomarlo. las leyendas urbanas se multiplicaban. la gente rezaba frente a una botella y otros se sometían a baños purificadores sumergiéndose en una bañadera con licor. alguno dijo que servía en reemplazo del combustible o de líquido antioxidante.

tras eso, uno de los hermanos venía mal rumbeado y termino ahogado en un tanque de esos gigantes para fermentación. el otro la hizo mejor y nadie sabe de él, pero la pasaba muy bien. el de marketing se quedó con la marca y la administración de la empresa, y además se casó con una modelo muy muy tetona. el Presidente, murió.

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Receta de Licor de ciruela:

Azúcar un kilo
Alcohol un litro
Agua un litro
Ciruelas 24 enteras
Gotitas de vainilla

Preparación:

Seleccionar 24 ciruelas maduras y sin machucones. Lavarlas y dejarlas secar. Hervir 5 minutos el agua y cuando esté fría agregar el azúcar revolviendo con energía hasta que se disuelva completamente. Colocar las ciruelas en un frasco cerámico o de vidrio de por lo menos 3 litros de capacidad, con boca grande y cierre hermético. Incorporar el agua azucarada. Tapar y dejar que macere durante 24 horas. Al día siguiente, agregar el alcohol y la vainilla, tapando nuevamente y dejando en maceración durante 60 días como mínimo.

cuánto más tiempo pase antes de servirla, más rico.