miércoles, octubre 04, 2006

adrenalina

ella se disculpó y se levantó nuevamente para ir al baño. era bastante fea y esto de una cita con un hombre casado que apenas conocía la llenaba de inseguridades. esta vez pensó no sé por qué que algo de la pintura estaba mal y que debía acomodarse también no sé qué otra cosa de la pollera.

él sonrió tranquilizadoramente.

ya sin ella, metió la mano en el bolsillo, sacó un sobre y de este una pastilla amarronada. la puso en el vaso de la chica y mezcló un poco con el dedo. aguardó ansioso hasta que se disolvió.

luego, pasado un tiempo que lo enervó, vio salir feliz a la otra del baño. mientras se sentaba, radiante, él la recibió acariciándole el brazo mientras pensaba: qué bueno que soy para esto …