viernes, noviembre 17, 2006

inanimado

inocentemente se descargó pateando una piedra lo más fuerte que pudo. le dio con bronca, entre las cejas, apuntó a la nada, gesto ampuloso de pierna (estaba solo) y remate catarsis. la piedrita no salió tan fuerte como la situación ameritaba, pero fue luego del primer pique cuando la cosa se puso interesante. ahí pareció ganar velocidad, empaparse de la furia del lanzador, querer hacerlo, querer llegar lejos y querer dañar.

casi no venía pensando, superada por la aceleración y por los puñetazos invisibles al suelo que a cada rebote tiraba, puñetazos que cumplían la doble función de descarga y nuevo impulso para seguir más lejos y ser más dañinos.

la mirada de su creador se alejaba estando más cerca que nunca.

era el momento duda.
de estar a punto de obtener lo que tanto quería,
y ya se estaba arrepintiendo…