miércoles, marzo 07, 2007

Dengue

Dios, qué sueño.
Otra vez aquellas ideas lo aturdieron. Caminaba inválido, rompía sus huesos en cada vereda y no sentía ganas de respirar. Era una mañana más, un día menos. De rutina en tragedia, de mosquitos, de peligros, de poco y poco. De hecho no tenía suficientes monedas para tomarse un colectivo, si tenía dinero, pero en Buenos Aires los colectivos sólo se pueden pagar con monedas y nadie, particularmente a esa hora de la mañana, le hacía el favor. Poca mañana, pensó. Y recordó el sueño. El era una mujer y estaba en la cama con otra mujer, se besaban apasionadamente, él no sentía su cuerpo femenino, pero si la otra que le besaba las tetas como en una película porno. El era rubia, y ella también. Pero en el fondo él era él, sabía lo que sentir y hacer, y así hasta el momento de consumar. Sus sensaciones y roces eran, pero su cuerpo no. Disfrutaba su orgasmo, dominante sobre la otra mujer y no caía en cuenta de que él lo era. Eso hasta fatales segundos después, cuando junto a la extraña sensación del después, descubría la notica. Obviamente, ahí se había despertado. Y desde ahí había deambulado en la cotidianidad hasta la calle. No tenía monedas. De madrugada oscura. Hacía frío, lo había escuchado en la radio aunque poco sentía. En las noticias también habían hablado de mosquitos y una posible epidemia de Dengue. El camino al trabajo sería oscuro, tenebroso, de rutina en tragedia, de mosquitos y peligros, de poco y poco.
Dios, qué sueño.

1 quisieron:

At 6:36 p. m., Blogger **mUmIx** dice...

Muy bien escrito... realismo mágico a full por acá. Lees mucho García Márquez?

 

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