YE: capítulo 1
y ahí estaba el jueves indecente, entrometido, egoísta, archivillano. jueves de la semana más químicamente rutinaria que había vivido. despertarse, trabajar, almorzar, trabajar, cenar, dormir. y felicidad, claro. felicidad por el objetivo, por su astuta maniobra que nadie sospechaba, por la alegría de despertar cada día con el tiempo justo, acumulando minutos.
abrió los ojos, se sonrió y luego se rió en voz alta. se fijó la hora y anotó en el cuaderno abierto sobre la mesita de luz, en la columna correspondiente: 20hs. hasta 8hs, 12 horas de sueño. al lado del cuaderno estaba prolijamente preparado el vaso de agua y su dosis de YE. tomó la pastilla, hizo cara de asco, y volvió a sonreír.