jueves, agosto 23, 2007

qué lindo, eh

montamos dragones sólo para rozarnos.
eyaculamos en sus escamas,
para calmar lenguas de fuego sedientas.
ásperas idiotas, espasmódicas,
tan sádicas como repugnantes.

un imbécil me preguntó por los sentidos,
quería responderme algo del olfato,
otro idiota me señaló los ojos,
y los cuatro esperaban sobre los oídos escucharme.

yo me hacía una paja y ni los miraba,
piensen en el sexo, monos infradotados!
el jugo que roza una mierda que excita,
el puto cerebro que reacciona,
larga una chorreada y nos deja de cama!

por eso la respuesta es el tacto,
por eso buscamos dragones,
por eso las lenguas no paran.
ásperas idiotas, espasmódicas,
tan sádicas como repugnantes.

lunes, agosto 20, 2007

prometido

Entró al ascensor con taquicardia tam tam. Afuera hacía frío: duraría muy poco en sus manos mientras las calentaba con su aliento y sonreía. Se vistió y jugó, tal cual se lo había prometido. La rutina estaba por llegar, pero tenía la mitad del camino -jadeante- recorrida. Faltaba completar la parte mecánica, antes de que el sueño todo lo confundiera. Debía borrarlo de la memoria, guardarlo virginal, y así esperar otro día.

Silenciosamente, y de la forma más absurda, él sentía como la felicidad más pura lo invadía.

viernes, agosto 17, 2007

no pasa

eterno.
todo es eterno,
mientras lo abrazás.

lo lineal, lo formal, lo debería,
en lo eterno ya no está.

hago huequito en el pecho,
justito entrás!
te abrazo para siempre,
y así lo congelamos:
recuerdos, presente y futuro ahora son de cristal.

martes, agosto 14, 2007

188

No tengo.
Sacame algo.
Dejame con esa sensación.

Eso decía el boleto del 188, de tu casa a la mia, eso decía el boleto, esa era la mínima expresión. Mi regalo era de letras y justo números querías vos. Me gustás, escribí mientras todos me asesinaban. Me acuerdo que te rompía las medias, escribía y tomaba sediento. Creo que a vos te gustaba, te gustaba cuando la media me ganaba, se estiraba, resistía y tenía que tocarte -dejar el vaso por un instante- y meter un dedo por adentro para ejercer mayor presión.

miércoles, agosto 08, 2007

Taaaaaaaauuunnnggg

Taaaaaaaaauuunnng
Taaaaaaaaaaaaaaaaauuuunnnnnnnggg

Fue lo más fiel que puede describir aquel sonido.
Era así, elástico, interno, divertido.
Y todo me hacía referencia a las gomitas.
Banditas elásticas, formalmente.
De ahí salté al escritorio de papá,
cuando lo limpiaba.
Segunda Navidad, garantizada.
La agarrás entre el pulgar y el índice: cuerda perfecta, primer beso de porcelana, cupido inspirado, ondas en el lago, onda que te extraño.
Estirás y,

Taaaaaaaauuunnnggg

viernes, agosto 03, 2007

Desconectado del pulmón

Para mi que es el núcleo, lo que muchos identificaron con el corazón.
Pero no es tan de ese lado, ni tan puntual,
es abismal.

Es de panza, de hombros, es caerse.
De escalofríos, loquero y visceral.

Es respirar mientras se rompe el cristal.

canción australiana

“Esta mañana fue genial,
Me levanté para escribirte una canción,
Sentí el deseo de tenerte,
De apretarte hasta el dolor.

Esta mañana fue genial,
El dolor gritó conmoción,
Tu orgasmo me aniquila,
Y todavía no soy yo”

Traducción literal de una canción que le compuso Mariano, autraliano, a su novia Vicky, también cangurita. Esta vez no tengo intención de describir a ningún australiano, y me odiaría por poner algo de canguros. Sería como hablar de una isla y su melancolía. Sería como comparar su amor con mi canción.

Tal vez sea seriado: caricia boliviana - paja norteamericana - beso chino

jueves, agosto 02, 2007

Doberman

Ladró.
Le pedí perrito,
Y ladró.
Me asusté, como de chico ante un Doberman.
Ella ladro.
Me ladró.
Me está ladrando.
Y después tenía pensado pedirle que me lamiera,
Que moviera la cola,
Que me lamiera.
La mano,
Que me lamiera.
Pero ahora ella ladra,
Y me mira.
Ladró,
Y me asustó.
Antes los perros que daban miedo eran los Doberman.

miércoles, agosto 01, 2007

sandia con vino

En el piso estaban las sandías destrozadas. El cuadro era muy bonito, muy de pintor loco, muy de fiesta descontrolada que termina en lo peor. Los cuatro del final habíamos bebido en exceso y fumado un hash tailandés del que no quedaban ni rastros. Atiné a buscar mi celular, recordaba haberlo usado como arma para pegarle a mis amigos y debería estar deshecho por el piso. Me arrastraba con manos y rodillas, patinando sobre la mierda de la sandía y los restos asquerosos que fuimos tirando desde el viernes hasta hoy. No recuerdo más, en ese instante me iban a golpear muy fuerte en la cabeza. A Cecilia le fue peor. Y estoy imputado en la causa.