viernes, marzo 30, 2007

falla original

algo está fallando.
tectónico, por dentro,
el temor y la razón
tiemblan con mi habilidad.
y placas negras en los oídos,
y piso lava, y ya no están,
las piernas huyeron
los brazos sin hablar.
erupción volcánica,
nos olvidamos

las grietas,
mudas,
la música,
y nadie deja de mirar.



no digas nada!
y de ahí nos vamos,
derecho a bajonear!

martes, marzo 27, 2007

te acordás y te olvidás

Cuando soñaba que te encontraba, la mamá lo despertó. Hacía años que ella no lo despertaba. Después de todo, hacía años que no dormían en el mismo lugar. Desayunando, en eso pensó. Se acordaba de la noche en el hospital, que bueno, sí, había sido como dormir en el mismo lugar, aunque distinto. Repasó la salida del hospital. Se acordó los gestos del padre. De sus noches de chimenea ahumando toda la casa, de película. De las fotos. De los olores. La radio.

Y el sueño se olvidó.

viernes, marzo 16, 2007

paja norteamericana

Odio a los Estados Unidos. Y se me escapa todo y sin pensar podría pensar que odio a sus habitantes. Imbéciles. Su cultura, su política, su hegemonía, su soberbia, su dólar, frívolos, su poca América, su gordura, su xenofobia, su cnn. Sabemos, también, poco de ellos. Y de ese poco, que poco tienen que ver con la imagen de su gobierno. Que, lo dicho, son gordos y miran tele. No les interesa demasiado a quién votan, o si ese al que votan después invade y nos rompe las pelotas. Eso pensamos. Imbéciles. Con granos y McDonalds, Coca vs. Pepsi, Marketing y estupideces. Odio a los Estados Unidos, y ellos no se me escapan.

Los que si lo hacen, y ya les cambiamos el nombre, son Matías y Diana.
Matías, básicamente, es un chico bueno. Diana tiene cinco años más, es tetona y nunca tuvo novio. El llora escondido en una plaza. No se conforma. Sus padres pelean, la escuela de mierda y el mundo también. Es chico, y tampoco tuvo novia.

Ella se le acerca a consolarlo. También es tan buena.

El en segundos se hace hombre. Le explica torpe y sonríe.
Diana se sorprende, el chico piensa parecido.

A los pocos días en sus casas, nadie escucha los gemidos. Piensa en él y se toca, goza y acaba, al mismo instante que en lo de Matías. El pensando en sus tetas, en sus labios en que gracias a no se quién por estas caricias.


Estados Unidos acaba y se retuerce.

Más personas en el mundo se masturban pensando unas en otras.
Hay picos de coincidencia en Mendoza, Viena, Irlanda y Dinamarca.

Otro de estos:
beso chino

miércoles, marzo 07, 2007

Dengue

Dios, qué sueño.
Otra vez aquellas ideas lo aturdieron. Caminaba inválido, rompía sus huesos en cada vereda y no sentía ganas de respirar. Era una mañana más, un día menos. De rutina en tragedia, de mosquitos, de peligros, de poco y poco. De hecho no tenía suficientes monedas para tomarse un colectivo, si tenía dinero, pero en Buenos Aires los colectivos sólo se pueden pagar con monedas y nadie, particularmente a esa hora de la mañana, le hacía el favor. Poca mañana, pensó. Y recordó el sueño. El era una mujer y estaba en la cama con otra mujer, se besaban apasionadamente, él no sentía su cuerpo femenino, pero si la otra que le besaba las tetas como en una película porno. El era rubia, y ella también. Pero en el fondo él era él, sabía lo que sentir y hacer, y así hasta el momento de consumar. Sus sensaciones y roces eran, pero su cuerpo no. Disfrutaba su orgasmo, dominante sobre la otra mujer y no caía en cuenta de que él lo era. Eso hasta fatales segundos después, cuando junto a la extraña sensación del después, descubría la notica. Obviamente, ahí se había despertado. Y desde ahí había deambulado en la cotidianidad hasta la calle. No tenía monedas. De madrugada oscura. Hacía frío, lo había escuchado en la radio aunque poco sentía. En las noticias también habían hablado de mosquitos y una posible epidemia de Dengue. El camino al trabajo sería oscuro, tenebroso, de rutina en tragedia, de mosquitos y peligros, de poco y poco.
Dios, qué sueño.